El ficus de goma está considerado como una de las plantas de interior más sencillas. Sin embargo, para que la flor sea bella y saludable, hay que conocer las reglas básicas de su cuidado.
Uno de los requisitos básicos para el cuidado de la planta es el riego regular y correcto. En verano el ficus necesita mucha agua y en invierno sólo hay que asegurarse de que la tierra no se seca. En general, no hay que preocuparse por regar accidentalmente. El ficus es una planta húmeda y, además, debe rociarse y limpiarse con un paño húmedo en verano. Asegúrese de que la planta no esté expuesta a la luz solar directa.
Las hojas pueden hacerse más brillantes. Diluir 1:1 de leche caliente en agua y frotar el líquido sobre las hojas. Las hojas comenzarán a brillar después de un tiempo.
La temperatura y la humedad son muy sencillas. La temperatura ambiente es adecuada para los ficus de goma, y la humedad del aire no tiene importancia.
Conviene recordar que al ficus le gusta la luz brillante y difusa. Si la planta se coloca a la sombra, se irá apagando poco a poco y las hojas se volverán opacas y se caerán. Como resultado, la flor sólo parecerá un tronco desnudo que estará constantemente buscando la luz.
Las corrientes de aire constantes pueden causar graves daños al ficus. Por lo tanto, debe decidir la ubicación de la planta antes de comprarla. Debe estar donde no haya corriente de aire.
Las plantas de ficus necesitan abonos regulares. Esto debería hacerse aproximadamente cada quince días. Son adecuados tanto los abonos minerales como los orgánicos. Sin embargo, es importante saber cómo hacerlo correctamente. Regar generosamente la planta unos días antes de abonar. Si la planta acaba de ser trasplantada a una nueva maceta, es mejor no aplicar abono durante los primeros meses.
Todos los ficus jóvenes deben ser trasplantados anualmente. Y es mejor trasladar la planta a una maceta ligeramente más grande que la anterior, en lugar de hacerlo a la maceta más grande de una vez. Las plantas maduras deben trasplantarse cada pocos años. Sin embargo, la capa superior del suelo debe renovarse cada año. La nueva tierra debe estar compuesta por arena de río, tierra de césped y mantillo de hojas. También puedes comprar tierra para ficus ya preparada. Para mejorar el drenaje, se debe colocar una capa de arcilla en el fondo de la maceta.
La forma más habitual de propagar los ficus es por esquejes. Para ello, se cortan cuidadosamente las ramitas jóvenes de la planta. A continuación, se lavan con agua corriente y se colocan en un recipiente con agua. A continuación, hay que dejar que los esquejes desarrollen las primeras raíces y trasladarlos a una maceta con tierra. Esto debería hacerse en primavera o a principios de verano.
Si la planta se cuida adecuadamente, no debería haber problemas con ella. Sin embargo, en algunos casos, los propietarios de ficus cometen errores. Como resultado, la flor puede enfermar. Esto se manifiesta más a menudo por el hecho de que comienza a perder sus hojas de forma abrupta. Si esto ocurre, hay que averiguar cuál es la causa. El problema suele deberse a un riego inadecuado o a la exposición a la luz solar directa. Basta con trasladar la planta a otro lugar y proporcionarle suficiente humedad para que vuelva a estar sana.